Una noche de Alcohol
No hay dinero. No hay esperanzas de comprar más vino. Sólo esperar a que amanezca un poco más para tomar un bus rumbo al olvido. A esta noche igual a las demás, leer algo de Hegel o Kant y pasar a Borges o Bukowski. Tal vez sin saber lo que leo. Pero estos libros huelen a ti, las letras huelen a ti. A manzana verde. A labios mojados de alcohol.
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